RÍOS DE SANGRE.
En este planeta que nos regala su belleza,
fluyen ríos de sangre, fruto de la avaricia humana.
Algunos corazones codiciosos, segados por la sed de poder y riqueza, creen tener derecho de esclavizar, oprimiendo a sus propios hermanos para así realizar su sueño.
Pero esos ríos no sólo arrasan tierras,
sino almas, sembrando miseria,
hambre, miedo y sufrimiento.
Basta de gritos de guerra,
es hora de poner fin a los ríos de sangre, mezclado de odio, violencia y división.
Solo Dios nos dio la vida,
y sólo Él tiene el poder de arrebatarla.
Mejor compartamos y disfrutemos todos,
el pan físico que nos brinda este maravilloso planeta
y el pan espiritual que nos brinda Dios,
porque sin él nada somos.
¿Qué valor tiene el poder o los tesoros materiales,
si nos arrebata la paz, el amor y la compasión?
¿Qué sentido tiene gobernar el mundo si un día regresaremos al polvo de la tierra?