Jorge Izquierdo

HARTO

 

HARTO

 

¡Harto!

Harto de la inmediatez

del todo para ya.

¡No!

No quiero subir a tu carro,

déjame quedarme abajo:

yo me quedo en la estacada

asegurando los pasos;

no quiero volver a caer

en otra trampa mortal.

 

A mí, déjame pensar,

pues por fin me he dado cuenta 

de que esa fuerza desmedida

que nos dicta avanzar, no es más 

que un obsceno impulso animal.

Siempre yendo hacia delante

sin saber a dónde vas.

 

A mí déjame pensar

déjame que sea humano, 

que cometa mis errores.

déjame que me dirija,

que decida mi destino.

No tengo prisa en llegar.

Quiero disfrutar el viaje

desentrañar el misterio,

descubrirme mi verdad.

Cumplir con mi cometido

en esta vida fugaz.

 

Quiero sentir cada día

que estoy vivo,

que soy yo,

que soy único en mi especie,

que no soy una pieza más

de este engranaje asesino

que exprime las energías,

que te vacía por dentro,

te numera, clasifica,

aniquila todo intento

de formar tu identidad.

¡Todos juntos y contentos

hacia un oscuro final!

 

No quisiera, amigo mío,

echar la vista atrás 

y en desespero observar 

que el tiempo ha sido perdido,

que por mucho acumular

para un incierto futuro

olvidamos lo importante:

sentimientos, emociones,

los momentos suficientes 

para amar como es debido.

No quisiera, y te lo digo,

darle alas a la muerte,

no aprovechar el legado

que al nacer fue concedido.

No quisiera…

¡Morir sin haber vivido!

  

        LUJITAR  (20-8-23)