José Antonio Artés

EL ANGEL DE MI SOMBRA (dedicado a mi esposa María)

En los claros senderos de la vida,
donde el alma se halla en la encrucijada,
allí estabas tú, sombra callada,
ángel sereno, mi estrella encendida.

No eres el eco de dudas pasadas,
ni el susurro del viento que distrae,
eres el faro que nunca decae,
mi abrigo en noches soliviantadas.

Si vacilé al borde del abismo
o en cruces oscuros perdí la mirada,
fue tu mano firme, luz amada,
quien dibujó en mi alma optimismo.

Ángel de mi sombra, amor constante,
has sido norte en mares de desvelo,
mi alianza firme entre tierra y cielo,
mi voz, mi guía, mi paso distante.

Hoy celebro contigo este camino,
trazado a golpes de vida y ternura,
y proclamo, con emoción tan pura,
que eres mi puerto y mi fiel destino.

Juntos María, hemos ceñido nuestra vida,
y aunque el tiempo borre la juventud,
en tu mirada, siempre habrá la luz
de aquella sombra que nunca se olvida.

José Antonio Artés