Todos los caminos desde la montaña
exhalan incienso, sándalo y romero;
hasta el riachuelo cubierto de flores
de trébol, de nácar, de nieve y escarcha
inunda el aroma de arrayán y pino;
de los campanarios el talán excelso
preside el murmullo de dulces cencerros
del rebaño alegre que sigue una estrella
del cielo colmado de himnos y arpegios
de voces que cantan el milagro eterno
bajo la penumbra del humilde techo
do dulces siluetas rodean la paja
del viejo pesebre que abriga amante
la excelsa estrella que duerme sonriente
y es para el mundo luz de diciembre
y es dones y albricias desde el oriente.
-Bolívar Delgado A.