OscarCampos

(seis)

“Hay lugares que el tiempo no tiene prisa,

hay lugares que el tiempo es un adversario.

Así la memoria espera ser encontrada

porque está en cada grano de arena.

Así la memoria solo es un paisaje

porque no está en el espíritu,

la encuentras en esquinas sin nombres,

fugaz como la ropa de un maniquí”

 

El joven conversa con las colinas,

el lenguaje del tiempo

sin relojes, dejaba que como agua

subterránea imaginada,

 fluyera desnuda y provocativa,

en su pensamiento,

el sol con sus símbolos

jugaba con la historia de hombres,

como en la ciudad cada piedra disuelta

por fuego y pies hundido en la tierra,

las huellas de los hombres

las manos de los hombres

 construye una idea de inmortalidad,

como flor silvestre brota en su memoria.

 

Como dos amantes extraviados,

en la ciudad los habitantes

intentan jugar con el tiempo,

una escala mecánica, la turbulencia

del metro, las carreteras de alta velocidad,

el habitante se ha transformado en arquitecto

del tiempo, del miedo…arranca de la soledad.

 

Un anciano,

 parece un libro sin palabras,

bebieron de sus ojos la historias

los siglos estaban en los tazones,

en la bebida dulce bajo la piel.