Y si creo estar muriendo
y muriendo, siento el alma
solo son mis pensamientos
porque vivo en mis palabras.
Es mi cuerpo como el tronco
talado, casi sin vida
que a pesar de sus heridas
busco la vida y retoño.
Y renazco a cada instante
entre la carne talada,
porque llevo en mi, la sangre
como el tronco lleva savia
y aunque talado, renace.
Porque llevo la poesía
tan dentro, tan ocultada
que aunque muerto, tengo vida
en mi carne desgarrada.
Que son los versos mi aliento
el rimar, es mi doctrina
y a cada paso, cada trecho
nace en mi un poema nuevo,
entre la carne podrida.
Porque dejo el testamento
de mis letras, mis poemas
para aquel que quiera y lea,
y disfrute de mis versos.
Porque no nació el poeta
entre tantos que nacieron,
que digan que no es correcto
escribir como lo sienta.
Y muero entre palabras
entre comas, entre acentos
y renazco por las prosas
porque vivo entre los versos.
Y si creo estar muriendo
que la vida, se haga cargo
porque escribo sin pensarlo,
y al que no lo entienda, reto.
Porque soy el candelabro
soy la luz, de un día negro
soy poeta de maestros
y aprendiz, del que ha empezado.
Así entrego y desparramo
mi cuerpo, entre las letras
así, mi sangre se muestra
como el árbol que es talado,
así retoño, así crezco
como alumno entre tantos
y entre tantos, cual maestro.
Que soy el árbol que nace
a pesar de los hachazos,
que las palabras que gasto
son leyes universales,
que a pesar de estar talado
resucito entre las frases.
No soy poeta, soy mago
de las letras y las rimas,
soy el árbol que germina
cuando aún no se ha secado.
Y soy la luz, el candelabro
que a las letras ilumina,
soy el Dios que tanto admiras
y luego vas criticando.
soy el árbol.... soy poesía.