FRANCISCO CARRILLO

soy el árbol.

Y si creo estar muriendo

y muriendo, siento el alma

solo son mis pensamientos

porque vivo en mis palabras.

 

Es mi cuerpo como el tronco

talado, casi sin vida

que a pesar de sus heridas

busco la vida y retoño.

 

Y renazco a cada instante

entre la carne talada,

porque llevo en mi, la sangre

como el tronco lleva savia

y aunque talado, renace.

 

Porque llevo la poesía

tan dentro, tan ocultada

que aunque muerto, tengo vida

en mi carne desgarrada.

 

Que son los versos mi aliento

el rimar, es mi doctrina

y a cada paso, cada trecho

nace en mi un poema nuevo,

entre la carne podrida.

 

Porque dejo el testamento

de mis letras, mis poemas

para aquel que quiera y lea,

y disfrute de mis versos.

 

Porque no nació el poeta

entre tantos que nacieron,

que digan que no es correcto

escribir como lo sienta.

 

Y muero entre palabras

entre comas, entre acentos

y renazco por las prosas

porque vivo entre los versos.

 

Y si creo estar muriendo

que la vida, se haga cargo

porque escribo sin pensarlo,

y al que no lo entienda, reto.

 

Porque soy el candelabro

soy la luz, de un día negro

soy poeta de maestros

y aprendiz, del que ha empezado.

 

Así entrego y desparramo

mi cuerpo, entre las letras

así, mi sangre se muestra

como el árbol que es talado,

así retoño, así crezco

como alumno entre tantos

y entre tantos, cual maestro.

 

Que soy el árbol que nace

a pesar de los hachazos,

que las palabras que gasto

son leyes universales,

que a pesar de estar talado

resucito entre las frases.

 

No soy poeta, soy mago

de las letras y las rimas,

soy el árbol que germina

cuando aún no se ha secado.

 

Y soy la luz, el candelabro

que a las letras ilumina,

soy el Dios que tanto admiras

y luego vas criticando.

 

soy el árbol.... soy poesía.