Camino descalzo sobre la brisa,
el sol me abraza, la sombra avisa.
En cada paso dejo una historia,
un eco perdido, una breve memoria.
La luna me guía, el viento murmura,
el alma responde con su voz más pura.
No temo al silencio ni al amanecer,
pues todo se encuentra al volver a creer.
Soy polvo y estrella, soy agua y fuego,
un viajero eterno en su propio juego.
Busco respuestas, encuentro el amor,
y en cada latido florece el valor.
La noche se extiende como un manto frío,
pero yo la cruzo con pasos de río.
Cada piedra esconde un secreto fugaz,
que el tiempo revela cuando miro atrás.
Sigo adelante, aunque duela la huella,
pues sé que la vida brilla como estrella.
Y en este camino, que nunca termina,
el almas alza, libre y divina.