Villancico
Los reyes del medio Oriente
siguen la estrella que alumbra
y en medio, cielo y penumbra
alzan su credo al poniente.
La virgen desde el estrado
pinta su cara de luna
y luego pone en la cuna
al Mesías que ha llegado.
Y Dios, contento y en anhelos
estremece allá en los cielos
las Salmodias de David.
Y suenan, y suenan las trompetas,
cuando cantan mil profetas,
llamándole ¡oh, adalid!
La tierra, la tierra lo celebra
llevando la buena nueva
por las calles de Belén.
El niño, el niño está contento
mientras pasa sobre el viento
alegría, Paz y bien.
El cielo manda querubes
con la noticia serena:
se ha llegado Noche Buena,
reflejándose en las nubes.
Los caminos se alegraron,
fluyendo en ellos primores,
porque el Señor de señores,
ya los cielos anunciaron.
Y Dios, contento y en anhelos
estremece allá en los cielos
las Salmodias de David.
Y suenan, y suenan las trompetas,
cuando cantan mil profetas,
llamándole ¡oh, adalid!
La tierra, la tierra lo celebra
llevando la buena nueva
por las calles de Belén.
El niño, el niño está contento
mientras pasa sobre el viento
alegría, Paz y bien.
Samuel Dixon