Un brindis de pasajeros extraviados
Un botín en el suelo de hielo
Darte cuenta no es en vano
Solo seguir naciendo
Catarsis de viejos cangrejos
El carmín de un vuelo incierto
Ya nada parece raro
Sin virgenes gimiendo
Caricias en cuadros enmarcados
El caliz lleno de vino añejo
No hay puerto y es tan raro
Ese eclipse de fuego
Los signos de soles deseados
Perdiz en los campos atentos
El vuelo y el grito deseado
Que ya nadie está oyendo