JUSTO ALDÚ

CORAZÓN EBRIO DE DESDÉN

Bebí de tus labios la dulce quimera,

creyendo en la miel que me fingiste dar.

Mi alma hoy vaga en oscuro mar,

presa de un amor que desamor recibiera.

 

Desdén hiriente, puñal que no cesa,

me hundió en los abismos de amarga hiel.

Un eco vacío resuena en mi piel,

gritando al abismo la inútil promesa.

 

Brindo mis latidos con copas de pena,

ahogando en el vino inútil fervor.

La sombra que fuiste, vestida de amor,

es hoy el verdugo que mi vida encadena.

 

¿Qué Dios, qué destino, qué cruel corazón

tu risa es tormenta, un frio puñal

y yo prisionero en la noche fatal

camino en tu senda a la destrucción.

 

Mas brindo en mi ruina, por si alzo el vuelo,

por si este dolor me enseña a vivir.

Aunque el corazón me deja latir,

mi copa se eleva en un último anhelo.

 

Justo Aldú

Panameño

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