Recibí profecía de grandes viajes
e incalculables riquezas,
de contar con la bendición divina
a mi entrada y mi salida
y durante todo mi camino.
Recibí promesa de tener seguridad
y protección a donde yo fuera,
siempre, y la acepté, agradecido
la guardé en mi corazón,
confiado que así es y así será,
porque Dios no es hombre
para mentir,
ni hijo de hombre
para arrepentirse de sus promesas.
Alexander Elías2024
#SerEscritura