Las sombras se alzan, entre los dos
el eco, se esparce, se pierde
la verdad como luz traspasa en espejos
por pasillos estrechos de entendimiento.
Somos prisioneros de las palabras
De los silencios, de todos los te amos
Aquellos que nos comimos por orgullo
La vista es un idioma que nos refleja,
nos revela, pero que nunca prendimos
la verdad se oculta tras la niebla del adiós
lo pronunciamos con el dolor de dejar todo
como en un laberinto, llevando acuestas
la prisión sin sentido, del amor que acallamos
nunca es lo que fue dicho ni será lo que fue oído.
el sinfín nos esclaviza a vivirnos en otras pieles
sin permitirle al otro saber lo que sentencia
el muro de palabras que marca nuestro destino
somos el tesoro marcado en el mapa y perdido
somos el sol incandescente del que huimos.
Pudimos crear universos, recobrarnos las ganas
henchirnos de vida, pero elegimos en cambio
desatinarnos, matándonos con tétricas palabras…