Nochebuena
En el aire flota un susurro,
un canto de estrellas y calma,
la noche cubre el mundo oscuro
y el amor llena el alma.
En cada rincón, una llama,
pequeña, pero constante,
ilumina con su drama
los rostros de cada amante.
En el pesebre humilde y callado,
un niño en silencio reposa,
bajo un cielo azul estrellado,
donde la luz es tan hermosa.
Pastores cruzan los campos,
siguiendo una estrella guía,
sus corazones son cantos
que celebran la profecía.
La luna, tan blanca y pura,
vigila la escena divina,
donde una madre murmura
un rezo que al cielo destina.
Las campanas suenan lejanas,
anunciando la buena nueva,
y entre risas y palabras humanas,
la fe a los corazones renueva.
En las casas hay regocijo,
mesas llenas y abrazos sinceros,
la unión reemplaza el capricho,
y los gestos son verdaderos.
Nochebuena, noche sagrada,
de esperanza y redención,
en cada alma desgarrada
siembra paz y compasión.
Que en tu manto de bondad,
cada herida encuentre cura,
y que al fin la humanidad
abrace su esencia más pura.
Así, con amor floreciendo,
y el espíritu encendido,
caminemos, siempre creyendo
que el milagro nunca se ha ido.