Si supieras… que no resisto verte con él,
Si supieras… que la luna me maldice con un perfume murvial…
Si supieras… cuán incandecente es pensarte y soñarte, todo el tiempo…
Si supieras… que por ti cambio el tono azulado del cielo y lo vuelvo rojo como tus labios…
Si supieras… que por ti hago que el mar se fraternice con los ríos serenos, para darte manantiales dorados, de pura miel boreal… como tus cabellos sombreados…
Haría eso y más, porque tu alma merece una calma carviñal…
Si supieras… que los serafines escriben tu nombre en un pedazo de tronco encantado, que cantará al anochecer… al sonrojo de las luciérnagas…
Si supieras que no hay nada más bello que el momento en que llegaste a mi vida, cual dicha en suspiro, es el desespero de un triste jilguero…
Si supieras… tan solo supieras… condenaría nuestra amistad por una aventura de amor en un velero dormido… ¡sabra Dios si llegará a buen puerto o quedará en la penumbra de un sueño!
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