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Ahoras y futuros

Como abeja traviesa
sobrevolé los pastizales,
pasé entre alcornoques,
encinas y hayas.
Me adentré en el bosque
y de la dehesa extraje
(separando ramas y follaje),
la mejor de las mieles
para regalarte,
con la que seducir a tu mente,
con la que untarte.

Vislumbré una parcela
donde el arte se arraiga
en la pulsación acompasada,
serena y compenetrada.
Oteé a la tentación,
en la palpitación
surgida del unir
el sexo estrellado
con el rumor del alma.

Te propongo:
Juntos destapar y descubrir
el embriagante elixir
de nuestra piel aceitada;
y resbalar,
dejándonos llevar
hasta una playa,
que siendo hábito será
hermosa canción,
tanto de amantes,
como de cuna.
Será cadencia gozosa,
arruyo de nanas,
principio primogénito,
inicio del futuro albor
de esa porción,
(tan tuya como mia)
del resplandeciente manantial
habido en nuestros hijos.

Te insto a la excitación;
y con paso diestro y firme,
desprende sin ningún rubor,
-sobre mi-
cualquier necesidad o emoción.
Y decidida,
con una prestez debida
a esta ansia pasional,
la cual se nos abraza
como muestra de ganas,
batirnos en la fortuna o perdición,
en el alocado y entregado latir
de nuestros cuerpos.