Ama,
cede al deseo la palabra,
con ese lenguaje
que enciende a las almas.
Ama,
no temas los juicios,
no temas, no mires esas miradas.
Ama,
deja tu universo expresar,
que no te afecte la manada.
Ama,
que la envidia los encienda,
a los que nunca han sentido
casi nada…
Ama,
aunque no lo entiendan,
aunque pierdas todo
menos las ganas.
Ama,
sí tus deseos nunca se apagan,
que digan de todo y hablen de nada.