En la Medina, se hizo
prácticamente la noche.
En un bar de mala muerte,
dos hombre conversaban
y tomaban té-
Cuando Jesusa, una turista,
arribó a la puerta del hostal,
unos jóvenes la empujaron.
No la robaron, no supo el
motivo.
Tal vez, lo único que
quisieron fue tocar
su melena rubia
(rosi12)