Raiza N. Jiménez E.

Entreveros del Ser.-

Batallaba con mi mente y con mi débil alma.

Es una dura lucha intentar que se entiendan.

Mi sentido opina qué sí o qué no, con calma.

No hay forma de qué, Ellas, se comprendan.

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Existe una fatal desconexión en este timonel.

Cuando la mente acepta, el alma, se indigna.

Me he visto, llevando fuego, como un aludel.

Mente y alma se niegan a seguir la consigna.

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Absurdo que, mi activa mente, quede inerte.

A ambas hoy, en serio, les estoy reclamando.

Apoyar sus dilates, sería, aceptar mi muerte.

Ellas, al borde del abismo, me están llevando.

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¡A las puertas del cielo, he ido a Dios rogando.

De nada sirvió, sólo un ángel, me vio llorando!