Oh su merced ¿cómo vivir sin usted? si mis días y mis horas son esencialmente suyas.
Me dejaste sin palabras amor mio, ¿Dime, ahora que escribo?
Le robaste las ideas a mi mente ¿Ahora quien la podrá defender? ¿Acaso es la intensidad del amor o la convicción de besarle?
Entoces sucedió que la que lo dejó sin palabras fui yo.