Su roja boca
con vino hedónico;
las almas encadena
con savia que desboca
el delirio ciclónico.
Su cuerpo es ara
de griega diosa;
con esa gracia helena
que luce regia tiara
olímpica y gloriosa.
Por eso anhelo
loco y frenético;
besar su piel morena
que me lleve hasta el cielo
con su fulgor magnético.
Autor: Aníbal Rodríguez.