Dime, ¿qué harás con la poesía?
Yo, que entre colibríes y versos te
encontraba, me perdía en la brisa ligera
de tu risa, en ese modo tuyo de tragarte
los soles cuando el atardecer bajaba la
voz.
Hoy arañas el instante, un instante
afilado, tejido de acero y fuego, y en tu
confusión, las horas se rompen como
cristal . Tú, que con tus palabras
robabas estrellas, y con ellas iluminabas
la piel de los días, ¿dónde escondes
ahora esa luz?
Las palabras, fugaces, se deslizan entre
nosotros. Como un río que olvida su
cauce, se apartan, dejándome en este
abismo donde el silencio aún brota
desde los azules volcanes.
P. Sabag