Me gusta tu perfume, esencia que me llega, me invade y me penetra. Es una mezcla suave entre whisky, sol y colonia de bebé que me hace suspirar volar y desvanecer, en un contraste entre amor desesperado y la insoportable intriga de yo no poder entrar en ti conocerte por completo. Me gusta tu aire, de chico serio, callado y tímido, que me cautiva. Aunque eres un hombre pareces un niño, con tus miedos e inseguridades al igual que yo. Me miro al espejo, y me noto más morena, el sol ha hecho, un buen trabajo. Y mi pelo alborotado, libera a la chica salvaje reprimida en mi ser. Y me siento sexy, por primera vez , en mucho tiempo. Tú te acercas más. Me tocas, me hueles. Y deseo tu cuerpo, tu aroma, tu sabor. Me quitas mi vestidito de playa blanco. Observas mi bikini; color rosa de niña mona, que no acompaña a esta sensación y deseo de mujer, decides que no hace falta quitarlo. Tú mandas en mí. Y te beso, y tu me besas. Y caemos, en una entrega total. Y quiero más, mucho más. Y algo en mí, no se sacia, no se conforma. Y tú paras. Ya estás satisfecho. Y yo me quedo aquí, aún con ansias de ti. Pego mi cuerpo, ya desnudo, al tuyo y te exhalo. Intento llenarme de tu esencia; que en tu cuerpo, aceitoso, se transmite mucho más.