Por un río diarmalino,
navega un cisne de plumas oscuras,
pico plateado y mirada violeta…
Carece de plumas y no conoce la libertad…
Está cautivo, en vaiven de manifiesta deidad y prohibida verdad…
Hace tiempo que navega sin rumbo, en busca de una lejana oportunidad…
Cual reflejo en el embullo, es el grito de un cautivo…
Anhela pasar al otro lado,
Rumores dicen que no existe dolor… solo…
Rechinos de sabios buitres señalan su destino, mas su suerte abnegada lo mantiene cuerdo…
La luna que sangra al escuchar su lamento, y un triste sol bromea en brindarle alegría… envuelta de pura melancolía y vana codicia…
Cuentan que aquel que lo ve…
Puede sentir… el desgarro de su alma en busca de una señal… que calme su ansiedad y termine con su sufrir…
Que al silente parpadeo,
Huye a sus eternos confines…
Donde mora…
Su buyente soledad…
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