LO QUE FUE.
Señora; ¿cómo olvidarlo, y como olvidar las noches que nos embriagamos de amor mutuo?
Hoy quiero escribir sobre usted, señora. Hoy, mi desvelo fue por usted. Por esas horas que, si existió entre usted y yo, ¡señora!
El recipiente de mi memoria, entre agua y fuego, ahí está, estático, pendiente de lo nuestro; delo que fue y existió, ¡señora!
¿Cómo olvidarme de nuestro pasado? Si tengo tantos secretos de usted en mi piel, ¡señora!
Nuestros nacimientos fueron improvisados, y nuestros días infinitos; nuestros delirios constantes. ¡Entonces!, ¿dónde anclamos el adiós por siempre?
Hoy somos tan innecesario como necesario, cualquier cosa sugiero. Tanto así que, hoy quiero volver a escribir sobre usted, señora.
El frío de mi cuerpo pregunta por usted. Los escritos de mi alma se aposentan en el rostro y recuerdo de usted, señora.
Mi sangre que navega a los confines del delirio tiene motivo, Usted. Te invito a que vengas. Te invito a que escuches este eco. Te invito que leas estos escritos.