Me envolviste con la gracia
de tu piel inesperada,
con los rasgos de tu cara
entró la locura en mi alma
y el contacto más ligero
con el carmín de tus labios
agrandaba mi deseo:
anidar entre tus senos
para abrigarme desnudo
como un gorrión en invierno.
JOSE ANTONIO GARCIA CALVO