Odio amarte,
odio sentirte,
odio pensarte.
Odio... El único sentimiento que puedo sentir después de haberme hecho lo que me hiciste.
Te fuiste, dejándome con el amor en las manos,
abandonando sueños, ilusiones y pensamientos mutuos.
Odio mi forma de amarte,
pero también odio la forma en que saliste de mi mente tan fugaz