Yeshuapoemario

Amo la vida que me dio el creador.

 

Amo la vida que me dio el creador, Un regalo divino, lleno de esplendor. En cada amanecer, siento su amor, Una melodía eterna, un celestial albor.

 

Amo el susurro del viento en el campo, El baile de las hojas, su suave encanto. En cada rincón, veo su manto, Tejiendo maravillas en un lienzo santo.

 

Amo el brillo del sol sobre el mar, El reflejo dorado en su vasto lugar. Cada ola que besa la orilla sin cesar, Es un recordatorio de su poder a imitar.

 

Amo la luna y su sereno resplandor, Guardiana de sueños, mística portador. En noches de calma, me envuelve su fulgor, Un faro en la oscuridad, un fiel mentor.

 

Amo el canto alegre de los pájaros al volar, Sinfonía de la naturaleza, concierto sin igual. En cada trino, percibo su altar, Un himno al creador, un tributo natural.

 

Amo la risa inocente de un niño al jugar, La pureza en sus ojos, un tesoro singular. En su alegría, veo la esperanza brotar, Un reflejo del creador, un sueño a imitar.

 

Amo el aroma de las flores en el jardín, Su fragancia suave, un deleite sin fin. Cada pétalo, una obra maestra sin par, Pintada por la mano del creador sin escatimar.

 

Amo el murmullo del río al pasar, Un susurro constante, un suspiro al azar. En su corriente, siento la paz despertar, Una caricia del creador, un secreto a desvelar.

 

Amo la montaña, su imponente presencia, Guardiana de la tierra, símbolo de esencia. En su cima, encuentro la verdadera reverencia, Una conexión con el creador, una eterna pertenencia.

 

Amo la vastedad del cielo estrellado, Un tapiz de luces, un sueño inacabado. Cada estrella, un mensaje del creador amado, Brillando en la eternidad, un lazo sagrado.

 

Amo la bondad en el corazón humano, Un reflejo divino, un vínculo cercano. En cada acto de amor, encuentro su mano, Guiándonos en la vida, en un sendero sano.

 

Amo la vida, un don precioso y raro, Un viaje celestial, un camino claro. Cada momento, un presente caro, Agradezco al creador por este regalo raro.

 

Amén