Nos atrapa otra vez el Año Nuevo.
Bailamos en el filo del invierno,
cambiamos risas por antiguos miedos,
la medianoche ampara los enredos,
de abrazos que se prometen lo eterno.
La copa al aire, un nexo sempiterno,
aunque mañana vuelvan los excesos,
y el brindis, cure amores, ya muy presos,
del caos surge un trato... algo fraterno.
¡Que el nuevo año te robe lo que añoras!
Los fuegos iluminan y se embriagan,
¿Se olvidan promesas que se han quebrado?
El reloj gira y deja lo que adoras,
en vicios, sin rumbo muchos divagan,
en caprichos que el año ha reciclado.
La Bruja Irreverente.