Josué Gutiérrez Jaldin

\"El VAGO ARAGÓN\"... (CONFESIONES PARTE 5)


 
Una bolsa por mochila,
zapatos embarrados,
camisa arrugada,
pantalón raído,
y una capucha mundana, portaba…
 
La gente lo enfermaba,
las clases lo deprimían,
y los maestros lo abrumaban…
 
Un amor de infancia a la distancia…
Al mirarla, confundía la realidad…
Pensaba que estaba en un sueño…
del cual no quería despertar…
 
En el recreo se perdía en la inmensidad…
Un par de caras conocidas y
mucha soledad…
 
Faltas sin excusas…
Perdería el año…
Su madre enferma y postrada,
los problemas abundaban…
y nadie quería ayudar…
 
Empezó a fumar y a robar…
La cabeza le daba vueltas y vueltas…
No dejaba de pensar en “ella”… pues le había “robado” el corazón… Él sabía que lo engañaba… pero su incauto sabor era un placebo de fiel compañía…
 
Un mal día su madre empeoró,
quizá robando la vida de otros pudiera ayudarla…
Meses desapareció de clases…
y reapareció con total frescura el “vago” Aragón…
Levantó sospechas… la policía ya estaba informada…
 
Desgraciadamente, su más eterna ilusión murió… Se lamentó en los brazos de “ella”…
El “vago” tocó fondo… “Vamos a matarlo”, comentaban sus enemigos…
 
Presiente su final,
cual noche cualquiera…
Le pide que se quede con él… que al amanecer ella se desvanecerá…
Un beso en la frente y una sonrisa de tanto tiempo, para un final deseado…
 
Entrando a su colegio…
La policía lo detiene…
Empieza a correr por los pasillos…
Dos hombres lo esperan al final del pasillo, y en las gradas lo apuñalan…
Empieza a desangrarse… y por última voluntad… su mano se extiende al cielo, logrando divisar el rostro de su madre…
Gritos de horror invaden el recinto…
Y por fin, esta pesadilla terminó…

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