Amada mia, el día de hoy
muy pegadito a ti y en ti,
con mucho afecto, amor, cariño, pasión y ternura
me transportaste hasta las puertas del paraíso,
sin mucho esfuerzo conseguimos ingresar en el,
dimos un buen paseo idílico por allá,
disfrutamos y nos deleitamos de los mangares
y delicias que solo los Dioses pueden disfrutar
y luego me trajiste de regreso a tierra
arrullado entre tus brazos y cobijado en tu seno.