Si sus ojos me mirasen de nuevo,
si en sus brazos encontrase consuelo,
si su risa iluminara el sendero
y el amor, al fin, se hiciera eterno...
Si las palabras fuesen sinceras,
si el silencio no pesara como una piedra,
si el tiempo nos regalara una tregua
y el destino, juntos, nos encontrara...
Si al final de este largo camino
nos uniera más allá, en lo divino,
si pudiera como en un espiro
volver a decirte …, te amo.
Así, entre esperanzas y sueños
guardaría en este ser pequeño
como el rumor de un deseo eterno,
que en cada latido revive lo bello.