Me visten las penas, sé que de mí, huyes.
No has tenido la fuerza, para decir adiós.
Cualquier amigo o intrigante en ti influye.
Para calmar tus miedos, nada pido a Dios.
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La cobardía frente al amor será desgracia.
La pareja son dos y no cuenta, nadie más.
Hablas de modernismo y, ya causa gracia.
¡Moderno! Quién huye de su falta, jamás.
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Una hora de gracia, suele traer desdicha.
He visto a mucho Adán, rogando perdón.
Veo a muchas Evas, cambiando de fichas.
Hoy veo a mucho galán llegar al paredón.
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¡El verbo, empeñado, es decreto de vida.
El que no sabe cumplir para qué, convida!
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