En el círculo vital de mi karma,
donde florecen sueños sin medida,
tu amor se alza como una verde palma,
una esmeralda en mi seno prendida.
Tus ojos, faros en la noche oscura,
guían mis pasos hacia tu destino,
senda de frescas hojas de ternura,
de trinos sobre el río cristalino.
Tus palabras, pétalos de sonrisas
afloran sensaciones en mi piel,
como esos versos leídos sin prisas.
Con tu abrazo, mi mundo es un vergel,
que llena de flores todo mi ser,
ungido por tu esencia de laurel.