Estuve prisionero durante mucho tiempo,
frente a un enemigo silencioso y mortal,
que se había instalado en mi ser,
tejiendo una red de telaraña,
y envolviéndome lentamente,
hasta que, al final, logré escapar
con la ayuda de un profesional.
La adicción al juego, un camino
que parece fácil de recorrer,
con el sueño de fortuna,
como un simple parpadeo.
Pero en realidad te arrastrará sin piedad
a un abismo oscuro, como el fondo del mar.
Millones de personas siguen atrapadas y terminan participando en la serie del juego del calamar, llegando a tener un triste final.
Amigo, de nada sirve luchar contra la corriente; la suerte sácala de tu mente.
Despierta tu espíritu y grita con todas tus fuerzas:
¡Auxilio! ¡Ayúdenme, me ahogo!
Porque no puedes eliminar por tu cuenta la sombra que te persigue;
se alimenta de tu desesperación,
Y se deleita en tu dolor.
La adicción se disfraza de muchas formas:
Drogas, alcohol, videojuegos,
compras compulsivas, las redes sociales, el
placer sexual, o el hábito de fumar.
Te inyecta adrenalina de placer
hasta que olvides la noción del tiempo,
distanciándote y causando un dolor profundo
a quienes te rodean y te quieren.
Sin embargo, hay esperanza.
Aunque el camino sea amargo y doloroso,
para Dios Todopoderoso,
no hay nada imposible.
Él enviará ángeles para guiarte,
te levantará y te llevará
hacia una nueva vida llena de luz y libertad.
¿Te atreves a identificar y arrancar de raíz
la adicción que está destruyendo tu vida?
Deja atrás la vergüenza y busca ayuda inmediata.