AMOR INSUPERABLE
No te odio, nunca te he odiado,
pero, si un día llegara a odiarte,
sería quererte más de lo que te quiero,
porque odiar también es querer;
y es que a pesar de todo te sigo
queriendo, aunque sé… que nada
de amor puedo ya esperar de ti.
Con apenas 12 años me enamoré
de ti, podrás decir que a esa edad
no se le puede denominar amor
a lo que… son ilusiones juveniles,
pero yo soy así, te quise entonces…
y te querré toda la vida, y sería feliz…
sí llegado el momento… pudiera
morirme acurrucado en tus brazos.
Quizás a ese detalle, no se le
puede llamar morir de amor,
pues a la edad que tenemos…
nos podemos morir de cualquier
cosa y en cualquier momento.
Espero no te mueras tu antes que yo,
porque se me evaporaría este ensueño
que tengo ya desde hace unos años,
y entonces no me quedaría más que…
morirme triste, solo y desamparado.
El corto tiempo que estuve contigo,
yo te imaginaba como mi pareja,
aunque sé que tú, nunca llegaste
a concebir lo mismo que yo,
y… con el trascurso del tiempo,
me he dado cuenta de que
para ti, fui uno más, nunca
llegaste a profesar por mí,
lo mismo que sentía, y siento, yo por ti,
me quieres como amigo, eso
me lo has dicho varias veces.
Recuerdo también, que…
más de una vez me dijiste…
“Si tu madre nos pudiera ver ahora”
y esas palabras me hicieron,
-en las dos veces que las pronunciaste-
albergar esperanzas de que
fueras mía de verdad, algún día.
Falsa ilusión como tantas otras,
pero yo seguía y sigo albergando
esperanzas de que fuéramos pareja
de verdad, a la vista de todo el mundo.
Te quiero tanto, que…
¡Te odio con locura!
Te odio tanto, que…
¡Te quiero locamente!