Seguiré sin ti
urdiendo mil colores,
tejiendo sentimientos
con los que hacerte un
vestido de pétalos y versos.
Seguiré sin ti, soñando contigo
dentro de mis pensamientos.
Seguiré buscándote
por esas calles estrechas,
preguntando a los rostros
de la muralla si te han visto,
buscando tu perfume
por la vereda del rio
y me quedaré esperando
en el umbral de la ermita
donde recuerdo haber soñado
contigo, donde sentí tu mirada
atravesar mi espíritu
como una saeta de Cupido.