Es más que agua entre orillas lejanas,
es sudor, es sangre, es resistencia.
Cincelado entre selvas y esperanzas,
el Canal despierta al sol de la independencia.
Los cerros cantaron con nuestras manos,
piedra por piedra, construimos el sueño.
No era solo un paso, era el alma,
gritando al mundo: ¡El Canal es panameño!
Por sus aguas navega la historia,
susurros de valientes, ecos de luchas.
No hay cadena que encierre su gloria,
ni fuerza que quite nuestra ruta.
Cuando la bandera ondea en sus costas,
el orgullo florece como un tambor.
Panamá, el istmo que conecta mundos,
guarda su herencia con férvido amor.
Hoy sus esclusas son símbolo eterno,
del pueblo que nunca pasó su anhelo.
El Canal es nuestro, como la patria,
como el cielo que nos cubre el suelo.
JUSTO ALDÚ
Panameño
Derechos reservados / diciembre 2024