Primero te muestran su primera cara su primer ser
son ángeles con alas matando a quien te empuñe su arma,
cocinando tu confianza entrenando tu empatía
para así ocultar su hipocresía.
Camuflándose como una serpiente venenosa
esperando el momento para inyectar su veneno,
separando tu cielo de tu infierno
dejando tus puntos fuertes en el desierto,
matan tu infierno regalándoles tu cielo
sin saber distinguir entre lo malo y lo bueno.
Envenenado has entrado en su juego su segunda cara
su segundo ser el espejo ya no encuentra tu reflejo,
sirviendo comida a ese perro hambriento
alimentando más de cerca su ego,
hiriendo tus propios sentimientos
dejando tus prioridades a merced de sus deseos.
Ahora ya has abierto una nueva herida sangrando por quien te dejaría
en medio del mar sin llegar a ver la luz del día,
tu alma ahora gélida
te da miedo volver a confiar,
escondiéndote en tu burbuja de cristal
estás seguro con mucha inseguridad,
quemado por dentro sin poder cicatrizar
ya estás a tiempo para poder cauterizar,
caliente al lado del aliento de un dragón
tu corazón ya no bombea sangre,
ahora bombea sudor
llenos de llantos con desolación.