Se ha derretido el hielo
que me apresaba,
que me helaba
y me congelaba.
Se ha disipado la bruma
que me enceguecia,
que me limitaba
y me inmovilizaba.
Se han apagado las velas
que oscuras me alumbraban,
y nunca más volverán
a encenderse en mi contra.
Vuelven a abrirse
para mí; los caminos,
los mares y los cielos,
y todas las mejores puertas.
Se confunden, se enredan,
tropiezan y caen inevitablemente
todos los envidiosos e hipócritas
que en mi contra se levantan.
Yo estoy protegido;
por la energía más pura,
por la luz más brillante,
con la energía más poderosa
y nada ni nadie me puede dañar.
Todo el mal que me han deseado,
todo el mal que me han querido hacer,
regresa a su origen sin tocarme.
El Dios que habita en mí
es más poderoso
que el diablo que habita
en quienes no me quieren.
Alexander Elías2024
#Hermética