Los sonidos dejan sombras,
en sus ojos se reflejan,
los pasos dados
en distintos tiempos.
Observar con lamento
vivo en boca,
un dulce terror evoca,
nadie más habita este momento.
Las siluetas se apoderan de los ayeres,
marcando estas paredes,
con dolores sin dueño,
llorando; se roban mi sueño.