Viajero
¡Marcha firme, entusiasta, en tu sendero,
ya no hables que el temor te causa espanto;
porque siempre en la agonía y el encanto,
el amor es la esperanza oh, viajero!
En el diario de vida, sé el primero,
no dudes al momento del quebranto
que, al cabo de reír y llorar tanto
los cielos pues te guían, misionero.
Por ende, cuando salgas victorioso
y obtengas lo que sueñas en tus manos,
no te hagas arrogante y vanidoso,
que Dios te pone a prueba entre villanos.
Recuerda que el regalo más hermoso
se gana con respeto y no con granos.
Samuel Dixon