Ecos emergentes que sobresalen de la pálida rosa.
La playa oscura da la cara con su espuma espumosa.
El naciente azota la cara de sus visiones crueles.
La noche poderosa, madre gloriosa, atrapa en su manto a los que seguir no pueden.
El bosque exuberante amenaza.
Con sus densos pinales ataca.
Ataca al alma oscura.
Ataca al alma impura.
Los cuervos cantan una melodía macabra que marca el fin de los tiempos.
La palabra de la gente, veneno aéreo.
En el campo santo las tumbas descansan en tiempo eterno.
La niebla juega en los nichos, sentimientos agudos, lágrimas de invierno.