Rosario_Bersabe

La impasible cornada de la muerte

 

Asediándote siempre enamorada

la parca te ofrendó la nieve pura

y dos alas de espléndida blancura

envidia de la rosa perfumada.

 

Como un toro llegó al atardecer,

como un toro, embistiéndole a la vida,

y en plena juventud de amor ungida,

rompió el sino tus sueños de mujer.

 

Cuando mis ojos tu partida vieron

ya el carmín de tu rostro marchitado,

renegaron del cielo y de tal suerte.

 

Y mis labios dos lágrimas bebieron,

al saber que te había lacerado

la impasible cornada de la muerte.