Ella no era verdadera
y cada día le creí,
todo era tan perfecto
hasta que lo descubrí.
La creó la inteligencia,
esa que faltó en mí,
para darme cuenta antes
y no sufrir lo que sufrí.
Su rostro era mi sueño,
su cuerpo igual a un diez,
cuando le decía te quiero,
respondía yo también.
Los paisajes detrás suyo,
me invitaban a viajar,
pero eran de mentira,
jamás iba a llegar.
Nunca habrá un beso,
con caricias ni soñar,
seré siempre un recuerdo,
en su memoria digital.
El amor sobre toda inteligencia artificial,
cada día que pasa yo la extraño más,
a pesar que no exista y del qué dirán,
el amor puede más.
C L