Adrian Jaramillo

Un día de octubre claro

En un día de octubre claro,
caminamos sin temor,
tu mano breve en mi brazo,
fue bálsamo del amor.

Escaleras que bajamos,
pasos lentos, en unión,
y aunque fueron tan fugaces,
en mi alma hicieron sol.

Tus pestañas, universos,
me atraparon sin control,
y tus risas al hablarme,
me llenaron de ilusión.

Tres abrazos en un día,
fueron mi mejor canción,
y aunque el último fue breve,
me supo a dulce pasión.

Hoy me rompe este silencio,
que se vuelve mi prisión,
pues lo que siento tan fuerte,
no lo digo, por temor.

Pero al verte, se renueva
mi deseo de emoción,
que tus pasos junto a los míos
sean siempre un corazón.