a no ser que no se amontonen
los rumores equidistantes
resolviendo los mismos crucigramas
en voz baja
como plebeyos de la palabra en
alta-luz
palabra meriendera en cada fin de mes
y la palabra estela bajo techo
cambiándose la piel
entre un impar nido de víboras
que algún instante de este húmedo
mes séptimo
sosegara los mejores territorios
con su dedo índice en nuestras bocas