Versos desconsolados
Quiero escribir unos cortos versos de desahogo,
deseo contar la historia, de un amor… que concluyó.
Me va a costar seguro, narrar este duro monólogo;
pues, sé, que eres de otro hombre, otro, que no soy yo.
Aun así, te ruego me perdones por decirte lo que te digo,
sé que, en ocasiones, te costaba apagar tu loca sed de amor.
También yo sufría de esa ansiosa sed, si no estaba contigo,
pero nunca busqué ninguna otra fuente para calmar mi ardor.
Sé que me has cambiado por otro… mi retrato de amante,
aún continuo yo, teniendo el tuyo en mi mesita de noche.
Yo tengo motivos, pues contigo siempre tuve bastante,
y tú, ave voraz, solías siempre acabar con algún reproche.
Me creo con el derecho a criticar tu soltura por acabar,
y tu poca elegancia para lastimar mi congoja sin razón.
Quizá debieras haber estado más cortés para terminar,
y percibo que mi regaño, no te hará sangrar el corazón.
Así, mientras yo escribo estos desconsolados versos,
siento que el rosal de nuestro amor ya no va a florecer.
Tú estás con otro hombre ofreciéndole tus dulces besos,
y yo, aquí, en silencio, llorando mi duro y amargo padecer.