Hernán Mejía Silva

ADIÓS AL ALBA

Es el frío que corta el cielo,

cuando las ánimas ya se han dormido,

azul se va tornando aquel suspiro,

menguante conticinio despidiendo la penumbra.

 

Palpitante el sol se encumbra,

entre sus complicidades se obsesiona,

por los cantos más simples que entona,

y brilla como si no estuviese dolido.

 

Es el silencio de su rayo más tibio,

donde alcanzo mi sosiego,

siempre seré un poco lóbrego,

por aquello que he sentido,

las dulces caricias de la noche,

que bajo esta pálida estrella; he perdido.