En poco acaba el año
abraza a los seres queridos
que tengas al lado,
poder tener una familia unida
es tener divinidad infinita.
Continuamente nos estamos
quejando, nos estamos odiando,
actuamos como una bala en la ruleta rusa
tentando a la suerte sin importar hasta dónde llegar,
no todos tienen la opción de no estar solos
en este campo de exterminación.
Tener el privilegio de reír mirándole hasta llegar a sentir,
de viajar para descubrir un mundo sin importar dónde estar
solo importando con quién despertar,
de compartir para agradecer estar aquí,
de aprender para evolucionar en este mar sin poder anclar,
de poder sanar tus sentimientos que se retuercen,
recuperarte de tus iras y tus lamentos sin vomitarlos todo de nuevo,
con solo una persona en un mundo de deshonestidad,
es tener un trono no una silla de cristal.