Ciego de luz, voy hacia el norte,
donde el andar se pierde
y el camino,
ebrio de inmensidades ignoradas
voy mas alla de mi presencia
hacia la furia incruenta de un poema antiguo.
Voy hacia el norte gris, donde la ausencia
destella irrealidades sin destino,
el llanto gris, las manos viejas,
los ojos sin colores, doloridos,
el resto de mis sueños regalados
a la esperanza virgen de un amigo...
Voy hacia el norte y esta tarde nueva
se tiñe de horizontes infinitos.
Voy a una muerte que ya fui, y acaso,
tambien la soledad
venga conmigo...